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PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

viernes, 21 de junio de 2013

BRASIL: INDIGNADAS!!!

Crónica de una represión a la protesta
La policía de élite de Brasilia cargó con gases y balas de goma contra manifestantes
X Darío Pignotti/Página 12 
Los indignados en Brasilia reprochan que el gobierno haga un gasto enorme en la remodelación del estadio nacional Mane Garrincha; vienen a continuar las movilizaciones que se destaparon en San Pablo y Río, que seguirán esta semana.

“¡Prensa, prensa!” Eso fue lo que grité al ver que un grupo de policías pertenecientes a la Tropa de Choque de Brasilia apuntó hacia donde me encontraba entrevistando a unos jóvenes indignados con los cientos de millones de dólares estatales destinados a la remodelación del estadio nacional Mane Garrincha en lugar de reforzar el presupuesto en educación y transporte. Sería liviano asegurar que los policías con uniformes camuflados oyeron el ¡”Prensa, Pprensa!” proferido con algo de desesperación por este cronista. Tampoco se puede afirmar que los miembros del grupo de elite de la policía brasiliense, adiestrados para disparar con armas letales y entre quienes no debe haber miopes, hayan visto la credencial de corresponsal, emitida por la Presidencia de la República, que les mostré con insistencia.

Lo cierto es que la respuesta dada a mis ademanes y el sonoro pedido para que no tiren fue el disparo de una bomba de gas lacrimógeno que cayó bastante cerca de mí, tanto como para sospechar que apuntaron al blanco. Pocos segundos después otro proyectil impactó junto a una señora sexagenaria, quien aparentemente era uno de los 71.000 espectadores que una hora más tarde ovacionaría a Neymar por su golazo a los tres minutos del primer tiempo de la goleada brasileña 3-0 frente a Japón, el sábado, en la apertura de la Copa, antesala del Mundial de 2014.
El ajuste de cuentas de la policía con los reporteros tiende a ser la regla y no la excepción en Brasil a medida que se calienta la protesta social y política. El jueves pasado al menos ocho periodistas fueron heridos, uno de ellos corre el riesgo SEGUIR LEYENDO


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