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PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

sábado, 28 de noviembre de 2015

SER RADICAL NO ES SER TERRORISTA, MÓNICA QUEZADA 2008, HACIENDO MEMORIA

MONICA QUEZADA, MADRE DE MATÍAS CATRILEO: “Una cosa es tener ideas radicales y otra ser terrorista”…
X victoria aldunate/mapuexpress 2008
“Cada día duele más no poder abrazarlo”… Mónica cree que “parte” de su  alma ha viajado con Matías y le ruega “humildemente a la madre naturaleza” que le ayude a escucharlo “con el corazón”. Siente que lo amará “eternamente” y que mientras esté viva no dejará de “buscar Justicia”… Es lo que le juró a su hijo asesinado por un carabinero la última vez que lo abrazó…

El crimen contra Matías Catrileo Quezada lo cometió el cabo de Carabineros Walter Ramírez, en un fundo en la comunidad de Vilcún, a unos 30 kilómetros al este de la ciudad de Temuco (Región de la Araucanía) el jueves 3 de enero de 2008. En la madrugada, Matías, de 23 años, estudiante de Agronomía de la Universidad de la Frontera, había entrado a un fundo con un grupo de 30 comuneros mapuche para una ocupación pacífica pues esos terrenos son demandados como ancestrales por la comunidad Lleupeko. El fundo, al que los winca llaman “Santa Margarita”, pertenece, según las leyes de propiedad del Estado chileno al particular Jorge Luchsinger -de una de las familias más ricas de Chile-. El terrateniente mantiene constantemente, en lo que define como “su fundo”, vigilancia, tanto privada como de carabineros. Esa madrugada un Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros de Chile atacó a los comuneros disparándoles con subametralladoras a pesar de que, de acuerdo a los relatos extraoficiales, los mapuche estaban desarmados. El carabinero que asesinó a Matías, portaba una subametralladora UZI, cargada con proyectiles de guerra, y le disparó por la espalda. Los peñi de Catrileo, en medio de los disparos, tomaron su cadáver y lo escondieron para evitar que las fuerzas represivas alteraran las evidencias del crimen. Sabiendo como actúa una policía que tiene historial de dictadura, los comuneros se comunicaron con una radio de cobertura nacional, la Bío Bío, que transmitió en directo lo que sucedía...SEGUIR LEYENDO

 
Yeupeko (foto: victoria aldunate 2014)

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