“Denuncio, no quiero callar más”
Yo Diana Vargas denuncio la violencia, no quiero callarme
más porque callarme implica hacerme cómplice de un sistema donde él violento o
la violenta en este caso tienen las de ganar sólo porque o es conocida, o la
versión de la historia es más creíble en ella que en mí.
Esta denuncia la hice publica el 13 de enero de este año y
como consecuencia el 17 de enero la “orgánica del feminismo comunitario” manda
un comunicado censurando y pidiendo que me deje de llamar feminista
comunitaria, pero sí lleva de gira para dar charlas a la VIOLENTA.
No quiero callarme porque hay casos en los que una muere en
el intento, me encuentro denunciando por eso pues temo por la vida de mis
compañeras y por la mía. Durante más de un año hemos sufrido violencia física y
sobre todo violencia psicológica, yo he sufrido violencia política intentando
formar un espacio de debate desde la universidad con las organizaciones
sociales. Sí soy joven mujer feminista hija y aymara, no lo sé todo y es por
eso que he iniciado mi propio camino y en este camino me reafirmo Feminista
Comunitaria Antipatriarcal pues esta lucha es mi fuerza y mi proyecto de vida.
La lucha contra la violencia, el machismo y contra el patriarcado hoy no
permiten hacerme cómplice. En este mundo hay violencia que se deja pasar, hay
dolores que valen más que otros y existen silencios que juegan con la vida. No
espero justicia pues sé que hay un sistema que oculta y encubre este tipo de
cosas. No espero nada.
DENUNCIO a la señora Julieta Paredes Carvajal por acoso
sexual a compañeras cuando esta borracha, denuncio por violencia psicológica en
estado de ebriedad, denuncio por intento de feminicidio, denuncio por
amedrentar a mi familia, algunos espacios los recicla el patriarcado este no ha
sido la excepción y me niego a callarme Denuncio porque no es la primera vez
que pasa, soy una más de la larga lista y es mi responsabilidad denunciar.
Nada justifica la violencia, nadie puede decidir qué dolor
vale más. A mi parecer una construye un espacio de lucha con esperanza, utopías
y confianza, los espacios que construimos las mujeres contra el patriarcado
tienen que tener además posicionamiento político pues nos estamos enfrentando
al sistema que nos oprime y nos mata cada día, a las “compañeras” que firman el
comunicado del 17 de enero del 2017 NO LES PERDONO el haber traicionado mi
confianza, mi esperanza y mi proyecto de vida, su complicidad y doble discurso
al querer intentar sanar el dolor de Julieta Paredes claramente evidencia su
caudillismo, déjenme decirles que ese mundo donde las jóvenes de su
organización piden ayuda y ustedes no responden, es cruel, ese mundo donde no
pueden dolerse de otra compañera e intentar dolerse por las wawas es
individualista y le son funcionales al sistema.
Nadie les dio permiso de decidir sobre mi dolor y mi lucha.
Julieta Paredes no puede quedar impune, tiene un doble discurso y lo peor tiene
un doble accionar. La palabra es nuestra herramienta de lucha desde nuestra
memoria y ella la ha privatizado, las personas le son desechables, la conozco
desde pequeña, manipulables y útiles. La violencia si nos callamos, se vuelve
miedo.
L@S violentas existen porque dentro de las violentadas
existen cómplices.
–Simone de Beauvoir-.
Diana Guzmán
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